Este es otro punto donde se evidencian las diferencias tan grandes entre Venezuela y Alemania.

Aquí los buses no se paran donde tu quieras. Eso de ir caminando por la calle, estirar el brazo y esperar que el bus se pare para montarte y llegar a tu destino, no existe. Lo mismo aplica con los taxis.

Recuerdo que recién llegada a Alemania, estaba caminando con mi esposo y vi que iba pasando un taxi. Estaba cansada, así que estiré el brazo como hacemos los venezolanos para pedirle que se parara. Todavía recuerdo la cara que puso Klaus, fue realmente graciosa la situación. La cara también que habrá puesto el taxista…

En ese momento, hace 11 años, me enteré de que eso no aplica aquí. Como todo lo demás en Alemania, esto también tiene su orden. Los buses y los taxis tienen sus paradas, hasta las cuales hay que acercarse.