A los alemanes les encanta un certificado o una constancia. No importa que digas que sabes o tienes algo, si no lo dice un papel certificado, de nada te sirve y simplemente no es tomado en cuenta.

Eso de no sé pero aprendo rápido, aquí no funciona. Yo quiero mucho a los alemanes, pero sí hay que decir que son demasiado cuadrados para eso. Si algo no encaja en su “formato”, no es válido. Todo está calculado y establecido, casi no hay espacio para la espontaneidad.

A la hora de buscar un trabajo, no importa si eres experto en algo. Si no lo estudiaste en una universidad o instituto y no tienes el respectivo diploma que lo respalde, no sirve.  Este mismo principio aplica acá para todo.

Si vives en Alemania, con tan solo un tiempo acá, te darás cuenta de que este es el paraíso de los certificados y que sin ellos lamentablemente todo se te hará muy cuesta arriba.