De Venezuela conocía los pretzels dulces, de hecho me encantaban y los comía con frecuencia. Cuando llego a Alemania, me consigo con que hay pretzels también, ¡que chévere! Eso fue lo que pensé al principio. Sin embargo, me llevé la sorpresa de que aquí no son dulces sino salados y la masa es definitivamente diferente a la que yo conocía.

Este “nuevo” pretzel no me gustó y la verdad es que pasaron varios años hasta que me acostumbré al sabor. Los que en un momento vi como impostores, ya sé que son los originales y ahora me encantan.  Lamentablemente, por motivos de salud, no los puedo comer mucho, pero de sabor son deliciosos (sobre todo si te los comes calienticos y con mantequilla ????).

Este famoso alimento es prácticamente un emblema de la cultura alemana, y no puede faltar en los festivales, conciertos, y otro tipo de eventos. Su origen data del año 1.111 en Baviera, donde también se le llama Brezen. Su precio oscila entre los 1,50 euros, en su versión clásica, hasta los 3,50 euros en su versión rellena.

Aquí en Wiesbaden claro que los hay (igual que en todas partes de Alemania), pero no son tan famosos como en su lugar de origen, Baviera. Allá se consiguen pequeños stands de venta de Brezel distribuidos por todas las ciudades del estado, y hay incluso locales grandes donde los venden en muchísimas variaciones con todo tipo de rellenos, incluso dulces.

Y por último, una cosa que me parece super cuchi de los Brezel es que es el alimento por excelencia que se le da a los niños en Alemania cuando empiezan a salirle los dienticos ????