De vacaciones en otro país, en un buffet de desayuno, puedes detectar rápidamente a un alemán por la manera en que pide que le preparen un huevo frito. A los alemanes les gusta comerlos con el amarillo blando, casi líquido. Yo después de 13 años acá, todavía no puedo acostumbrarme a esto y creo sinceramente que nunca lo haré, pero a ellos les encanta.

Un concepto nuevo para mí también, viviendo en Alemania, son los Eierbecher, o hueveras. En Venezuela no se vende eso (o por lo menos yo nunca vi una allá), no es costumbre comer huevo de esta manera. Pero como aquí se los comen blandos, los meten en estas mini copitas donde los pueden comer con una cucharita como un helado.

Y por último, otra cosa que me llamó la atención acá con relación a los huevos es que los hay por tallas o tamaños, es decir, s, m, o l, ¡así como la ropa!