Cuando llegamos a Alemania y poco a poco empezamos a comprar las cosas que nos hacían falta, recuerdo que mi esposo me decía que revisáramos los tests a ver qué tal eran las opciones que teníamos. Con el tiempo escuché lo mismo por otros lados, y también veía en publicidades y productos el símbolo de la famosa Stiftung Warentest. Al principio no sabía qué era, pero con el tiempo me di cuenta de que era algo muy importante para los alemanes.

La Stiftung Warentest es una fundación alemana de consumidores, que fue creada el 4 de diciembre de 1964 y que tiene su sede en Berlín. Esta fundación, que es la más reconocida de Alemania, realiza pruebas comparativas de productos y servicios de casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Por ejemplo, de alimentos, productos de higiene personal, carros, coches, accesorios, cámaras, televisores, teléfonos, compañías de seguros médicos, medicamentos, y muchos más.

Sus empleados, personal científico e investigadores de mercado, examinan y comparan las características del producto o servicio e informan al consumidor cuál vale más la pena, en cuanto a la relación valor y precio, y otros parámetros. Las notas que se le asignan a los productos son de acuerdo al modelo de notas escolares, es decir del 1 al 6, siendo el 1 la mejor y el 6 la peor nota.

La fundación tiene tanta influencia en el comportamiento de compra de los consumidores alemanes, que los buenos ratings de la Stiftung Warentest suelen ocupar un lugar destacado en la publicidad de los productos o en los envases, lo cual lleva a un incremento en las ventas; y las malas calificaciones conducen a caídas en las mismas.

La Stiftung Warentest se financia con los impuestos del estado, con la venta de sus revistas, libros, publicaciones especiales, licencias de publicidad y por los resultados de los tests realizados, que la gente puede comprar directamente en la página web de la fundación.