Una peculiaridad de Alemania es que los taxis son puros carros Mercedes, Audi o BMW.
Para los alemanes es normal, no es nada del otro mundo. Pero para alguien que viene, por ejemplo, de Suramérica, donde se está acostumbrado a ver carros mucho más sencillos e incluso hasta chatarras andantes, esto es algo que salta al ojo enseguida.
Aquí todos los taxis son de color beige y tienen sus paradas establecidas, no los puedes parar donde quieras. Desplazarse en taxi es costoso pues la gasolina es muy cara por estos lados.
Y, por último, andar en taxi es casi siempre una oportunidad para ver la diversidad cultural de Alemania. Muchos taxistas vienen de distintos países del mundo.