El transporte público en Alemania funciona fabuloso y es definitivamente una de las cosas que más me gusta del país.

Existen diferentes tipos de medios de transporte como buses, metros, trenes urbanos, tranvías, trenes regionales y de alta velocidad. Todos tienen sus horarios puntuales y un excelente funcionamiento. Claro que hay excepciones cuando hay mal clima, algún percance o accidente, pero esa es la excepción y no la regla.

El costo del transporte varía de acuerdo al estado. Para los buses, metros, tranvías y trenes urbanos se pueden comprar tickets sencillos por rutas (aprox. 2,70 euros), del día (5-9 euros), de la semana (20-30 euros) y del mes (55-100 euros). Los precios de los trenes regionales y de alta velocidad varían de acuerdo a la distancia, el día y la hora para cuando se compren. Mientras más tiempo de anticipación tenga la compra, mejor será el precio.

A excepción de los buses (donde sí puedes comprar el ticket con el conductor), tienes que haber comprado ya tu ticket antes de utilizar alguno de estos medios. Cada cierto tiempo, en diferentes rutas y horarios, se montan controladores en los buses, metros y trenes urbanos a chequear que todos los pasajeros tengan un ticket. A veces están identificados con sus uniformes y otras veces están de civil y se mezclan entre la gente. Si pezcan a alguien sin ticket, la persona recibe una multa de 60 euros. Si está viajando distancias largas en los trenes regionales o de alta velocidad, tiene que pagar el doble del precio del pasaje, mínimo 60 euros.

El transporte en Alemania me parece costoso, pero yo que vengo de un país donde el transporte público es un desastre, lo pago con gusto y valoro muchísimo el privilegio de vivir en un país donde es posible disfrutar de este servicio.