En este aspecto me he alemanizado bastante y he aceptado el hecho de que aquí se atiende el teléfono diciendo el apellido. Es decir, en vez de atender diciendo aló, digo Schoppa.

De vez en cuando me rebelo y saco mi venezolana cuando atiendo el teléfono y digo simplemente aló. A veces me causa gracia al escuchar la reacción de algunas personas cuando atiendo con aló. Se quedan como fuera de base porque están es esperando escuchar el apellido de la familia a la cual están llamando.

Entre familiares y amigos no siempre aplica esta regla, pero en líneas generales ya saben, cuando estén en Alemania y atiendan el teléfono, digan su apellido.