De Venezuela estaba acostumbrada a que ningún carro debe andar sin vidrios ahumados. Mi país está lamentablemente hundido en la criminalidad, por lo que es una medida de seguridad necesaria ponérselos a los carros. Claro, igual pueden asaltar, pero con los vidrios oscuros tienes la sensación de estar un poco más protegido, porque no se ve para dentro, quién o qué cosas hay. Por lo menos no a la rápida.

Cuando llegué a Alemania el primer carro que vi fue el de mi suegro, y me llamó mucho la atención que no tenía su papel ahumado, pero no le di mucha importancia. Sin embargo, eran cada vez más y más carros los que no tenían, mejor dicho, casi ninguno.

Me costó algo acostumbrarme a esta idea, pero ya lo hice. Eso es definitivamente lo que más me gusta de acá. La seguridad que hay. Sí, es verdad que pueden robar, pero jamás ni nunca como en Venezuela. Por este motivo no es necesario el uso de papel ahumado en el carro.