Cuando estábamos en la búsqueda de apartamento, nos llevamos unas cuantas sorpresas. Resulta que aquí hay edificios donde no quieren a inquilinos con niños o con mascotas.

Yo sé que a una gran parte de los alemanes no le gusta los niños. Pero de ahí a no aceptarte en un edificio por eso, sí me pareció algo extremo. Todavía con mascotas puedo llegar a entenderlo por cuestión de higiene o algo así, pero ¡¿niños?! Si todos fuimos niños en algún momento.

En fin, no estoy de acuerdo, pero qué se hace, es como es. Los alemanes valoran muchísimo la tranquilidad y supongo entonces que el ruido de los chiquitos o de los animales les molesta. ¡Gracias a Dios tampoco son todos así!