La planificación de todo es algo muy característico de los alemanes, y cuando digo todo, es todo. La espontaneidad e improvisación tienen muy poco espacio, todo se anota y se planifica en un calendario.

Eso de que voy pasando cerca de la casa de un conocido o incluso de un amigo y le caigo de sorpresa en su casa, o lo llamo y le digo para vernos así de la nada, no está bien visto, no se hace. Aquí para encontrarse con alguien y hacer cualquier cosa hay que reportarse primero y hacer una cita.

Es muy común escuchar en los alemanes que el mes que viene se encuentran con tal amigo y en tres meses van a tal parte con otro y en 5 meses se van de paseo a…, etc.