En Venezuela crecí viendo rejas por todos lados, en las ventanas de los edificios, de las casas y en las puertas de todos lados. La inseguridad y la situación del país obliga a tomar estas medidas, por lo que para mí siempre fue normal.

Cuando llegué a Alemania, me encuentro con que no hay rejas por ninguna parte, literalmente ninguna. En la casa donde vivimos los primeros años me sentía muy insegura porque no me hallaba a la idea de no ver rejas.

Hace poco fuimos a visitar a unos amigos por primera vez, ¿y cuál es la sorpresa con la que nos encontramos? ¡Tenían rejas! Por primera vez en 10 años veo rejas en un apartamento acá. Como viven en planta baja y cerca de la calle, dijeron que con rejas se sienten más seguros. La mayoría de los alemanes no lo entiende ni lo comparten, para mí está bien.