Todavía recuerdo las rabietas que pasaba manejando en Venezuela con los peatones y conductores que no respetaban los semáforos. Reclamar tampoco era la mejor idea porque entonces se te iban encima.

Aquí el tema de los semáforos me encanta. Disfruto viendo lo civilizado que transcurre el tráfico. En Alemania, para empezar, no tienes que tener miedo de que te asalten cuando te paras en un semáforo. Conversando sobre esto con alemanes no logran imaginarlo porque simplemente nunca lo han vivido. Pero para mí que vengo de la locura venezolana, es realmente especial ver el buen funcionamiento del tráfico acá. Tanto carros como peatones respetan los semáforos. Claro, nunca falta uno que no respete, pero esto es definitivamente la excepción y no la regla.

También en el tema de inclusión de discapacitados es muy agradable ver cómo funciona eso acá. Por ejemplo, para los ciegos, en muchos semáforos hay sonidos para señalizar el cambio de luz y guiar a estas personas.

Me gusta mucho como los alemanes piensan en todo, tienen orden, estructura e inclusión.